Anhelar algo, significa atraerlo. Soñarlo, imaginarlo y tantearlo, también.
El talentoso handbolista Uriel Dopozo, de apenas 20 años, toda la vida se desempeñó en nuestro club Estudiantes.
Pero aspiraba a más. Sabía que podía y que era posible.
Y se le dio.
Tanto se capacitó y se dispuso a alcanzar su meta, que desde inicios de este año está formando parte de River Plate, desempeñándose en su categoría Junior (Sub 21), pero ya habiendo debutado en la Liga de Honor Oro, el nivel más alto al que se puede competir en la Argentina.
Aunque, claro, antes de destacarse con las manos; sobresalía tirando patadas…
“De los 6 a 12 años, practiqué karate. Toda la infancia y la primaria. Y justo en el último año, solamente coincidió también con el handbol”, explicó Uri.
“Llegué a ser campeón nacional de mi categoría, en Córdoba. Es más, en el karate, para ser selección nacional tenés que ir sumando puntos para el ranking en los torneos. Yo había sido el mejor de ese año y estaba convocado para venir al Cenard”, añadió Dopozo.
-¿Y qué pasó?
-Un día me levanté y dije que no me gustaba más el karate… Mi vieja (Natalia) estaba como loca. Me decía: “pero, hijo, seguí un año más, por ahí es algo momentáneo. ¿qué es lo que no te gusta, si lo hiciste siempre?”. No, fue un golpe (risas).
-¿Y no hiciste nunca más karate?
-Nunca más lo practiqué… Sigo en contacto con ellos, pero es una historia… (risas).
-¿Y por qué el handbol?
-Por un tema familiar. Mis hermanas Selene y Martina, me llevan cinco y un año. A Selene, que hace como 15 que está en el club, la iba a ver siempre, me gustaba ir, hasta que quise probar y me gustó.
-¿Siempre jugaste en el albo?
-Sí, siempre en Estudiantes, mi primer y único club. Antes, lo practicaba también en el colegio.
Desde lejos, se ve
-Ahora, con otra perspectiva, ¿cómo ves la actividad del handbol bahiense en general?
-Algo del tema organizativo estoy informado, porque mi mamá es parte. Cuando empecé, había una sola persona que hacía todo. Ahora, desde hace 10 años hubo un gran crecimiento: hay una Asociación, delegados, con el tiempo se fue sumando gente y tiene una estructura. En lo deportivo, acá, por ejemplo, en el Metropolitano hay 16 equipos y nunca terminas de conocer al rival. Es como más serio. Y lo mismo pasa si a Buenos Aires lo comparamos con Brasil o Europa. Estando en Bahía, veía que los seleccionados de Capital parecían profesionales.
-¿Se hace difícil llegar a Capital desde Bahía?
-No es común que haya bahienses. Acá se maneja un ritmo distinto, en general. Allá, hubo años en que fuimos bastante equipos y, otros, en los que hubo cinco, competís siempre contra los mismos… Acá eso no pasa. Hay una tabla general y, sino competís, te podés ir al descenso y tu club prácticamente desaparece.
-¿Cómo recalaste en River?
-Cuando competía contra gente de Capital, me decía que quería tener ese nivel de intensidad, estar en ese nivel de competitividad, porque en Bahía es bastante más amateur… Y hay que ir paso por paso. Uno ve a los mejores del mundo, pero primero debés llegar a la mejor competencia del país. Gino (Del Curto) fue por otro camino, vive de otra forma el deporte y está feliz.
-¿Cómo se dio lo tuyo?
-A mí me vieron en un Nacional Adulto “B”, siendo refuerzo de Tiro Federal. Eso fue a mitad de 2022. El DT que me vio era del equipo Nuestra Señora de Luján, que juega en La Liga de Honor. Cuando en enero me contacto con él, me entero que se iba a jugar a Italia. ¡Había dejado el club! Por suerte, le había contado de mí a un amigo de Dany Gallardo, que es el DT de La Garra y el que maneja casi todo el handbol en River. Así que él ordenó que viniera, porque si su amigo me había visto, por algo era..
-¿Qué significa la Liga de Honor?
-Es el máximo nivel que se puede alcanzar acá, en Argentina. La escala es así: Liga de Honor Oro, Liga de Honor Plata, Primera, Segunda, Tercera, Cuarta, Quinta y Sexta.
-¿Participás de la Oro más la Junior, tu categoría?
-Sí. Cuando llegué, a los pocos meses ya me llamaron a entrenar con el plantel que juega en la Liga de Honor Oro.
-¿Hay jugadores de Selección?
-Claro, si, si. Es una división donde juegan chicos que están en las selecciones o ya pasaron por Europa. Es ese nivel de roce.
-¿Estabas temblando practicando con ellos?
-Es un proceso y hay que acostumbrarse. Pero, la verdad, es que vine acá para eso. Y cuando querés tanto algo es como que los estabas esperando. Era mi oportunidad, traté de dedicarme a full y no pudo haber salido mejor.
-¿Estás teniendo minutos?
-Estuve entrenando desde principios de año, prácticamente. Pero recién debuté después de las vacaciones de invierno. Uno pensaba que por estar practicando con ellos, ya estaba ahí de jugar… Pero, después, mi DT me explicó que ya es algo gigante que ya haya debutado: fue contra Defensa y Justicia, ganamos, jugué 45 minutos y anduve muy bien. Desde esa vez, pasé a entrenar todos los días con ellos, aunque no jugué nunca más. Es un plantel largo, que se conoce hace mucho tiempo, de experiencia y de peso en River, son cracks… Ahora vienen de jugar un Nacional A, perdiendo la final por dos y que se vio por DeporTV.
-¿Y seguís con la Sub 21?
-Sí, estoy en ambas. Pasa que esa categoría es de una edad complicada. De los 18 a 21, empezás a trabajar o la Facultad o te vas del país… Es una categoría inestable y el DT me dijo que me necesitaba también ahí.
Presente y futuro
-¿Qué cambios notas en vos desde que estas en River?
-Siempre le dediqué tiempo y me preocupé por el físico. Es parte del deporte y, si eso no está cumplido, lo otro no va a funcionar. En 2021 y 2022 estuve trabajando con nutricionista y me cambió un montón. Al gimnasio voy desde que estaba ubicado donde ahora hacen gimnasia artística, ahí en Estudiantes. Tengo una exigencia alta con lo físico y sabía que en River iba a ser así, porque acá te preparan para que puedas desarrollarte en las mejores ligas del mundo.
-¿Te están siguiendo de la selección Sub 21?
-Por ahora, no. Sí hemos competido en amistosos con selecciones de Capital o la juvenil de Argentina, que iba al Mundial de Croacia. Acá funciona así, tratando de ayudar a estar en ritmo a los seleccionados. Hace poco enfrentamos al equipo que fue a los Panamericanos de Santiago.
-¿Jugaste contra Diego Simonet?
-No, los hermanos Simonet y Pizarro viajaron directo de Europa a Chile. Pero sí enfrentamos a Pedro Martínez y Baronetto, por ejemplo. En general, es algo loco si miro un año para atrás y donde me encuentro ahora… Pero es algo por lo que luché, que me propuse. Soy competitivo y ansioso por naturaleza.
-Por lo que decís, me imagino que no te conformás con este presente. ¿Buscas irte a Europa en 5 años y vivir de esto?
-Tal cual. Ese es el objetivo natural de cualquiera que está acá en Capital. Trabajamos como profesionales, practicamos de 18.30 a 22.30, cuatros días de la semana y yo no estoy trabajando, por que sino se agregaría eso o los que van a la Facultad… El que ama este deporte quiere ser lo más profesional posible y vivir de esto. Sin dudas, es por lo que peleo todos los días. Espero que no sean 5 años…
-¿Menos, decís?
-Ojalá que sean menos…
Y allá va Uriel. Con la firmeza de sus objetivos y cumpliendo con sus sueños.
