Fue como sentirse Marty McFly por unas horas.
Todos los que estuvimos, en la noche del viernes, dentro del Casanova, sentimos esa envidiable sensación de trasladarnos al pasado, aunque más no sea por unas horas.
Y así fue como todo el entorno se fue aclimatando: el Casanova cambió un poco su fisonomía con la colocación de pantallas en ambos extremos, potentes parlantes en las alturas, juegos de luces bolicheras, un puesto de venta de alimentos en la popular y hasta un sitio de venta de productos relacionados con el básquetbol, camino al buffet.
La fiesta iba tomando color. Alrededor de 2000 almas acompañaron este viaje al ayer.
Los protagonistas, como los agasajados, fueron ingresando paulatinamente por el acceso de calle Angel Brunel.
Fueron momentos de múltiples abrazos, sonrisas, cargadas, charlas, fotos, autógrafos y recuerdos, muchos recuerdos de gente que quizá hacía alrededor de 30 años que no se verían. De hecho, los estandartes de esta Fiesta, tanto Willie Scott como Fefo Ruiz, compartieron la media cancha alba en 1985, 1986 y 1987, no volviendo a cruzarse hasta esta iniciativa alba del viernes.
Siguió alistarse en vestuarios y acomodarse en el Casanova.
Con la alocución de Gustavo Mandará y Mariela Dobal, comenzamos a inmiscuirnos en el DeLorean. Era el primer paso para retornar al pasado.
Casi en penumbras y con la sorpresiva -como novedosa- presencia de un robot láser, permitió que los personajes ochentosos asombrosamente estén pisando el parque de la Catedral de nuestro básquetbol.
Acto seguido, fueron todos presentados personalmente. Lógicamente, los más aclamados fueron Willie Scott y Fefo Ruiz, pero también otros como Jorge Faggiano, Marcelo Richotti y algunos que estuvieron presentes sin ponerse los cortos como el gran Hernán Montenegro, Juan Espil y Alejandro Montecchia.
La pelota y las placas
Tras la presentación olímpica, llegó el salto inicial. El partido, era la excusa.
Allí, rápidamente, se observó a un Gallo Pérez activo, a un Flicu Sánchez ágil, Fefo que se “animó” a tirar, Scott y Richotti revivieron su duelo, Passeti con muchas ganas, Ipucha entendiendo por dónde iba todo y varios que perdieron pelos, sumaron kilos pero aún mantienen la chispa.
En medio de su desarrollo, crearon muchos momentos de merecidos homenajes: se agasajó a la trilogía inigualable de Beto, Lito y Polo; también los campeones olímpicos Manu, Pepe y Puma; al mejor árbitro bahiense de la historia como lo fue Rodolfo Gómez; a Marcelo Allende por la rivalidad de siempre con Olimpo; al entrañable Picho Mazza de la Revista Encestando; a los queridos Danussi y Tite Boismené; glorias como Cortondo y Monachesi; los campeones sudamericanos juveniles de 1973.
A la vigencia de Raúl López (75 años); a Fefo Facetti por poseer el récord anotador local, con 125 puntos convertidos el 27 de junio de 1971; al exutilero Almendra; al excanchero Pacheco; a Alem campeón de 1980 en el más recordado torneo de Primera; a LU2 por sus recordadas transmisiones radiales; al fiel simpatizante Gustavo Barberón y al malogrado Pablo Lunazzi (ex DUBA); el excronometrista Pechuga Martinelli y a Rubén Mazzucchelli, ex preparador físico estudiantil.
Volviendo al rectángulo, Scott se soltó, probó más y encestó, Pérez continuó sumando y estuvieron empatados en 60 a un minuto del epílogo, definiéndolo el Flaco Lliteras con su típico tiro de media distancia: venció el equipo Azul, sobre el Blanco, por 62 a 60. Puramente anecdótico el resultado.
La síntesis:
Estudiantes (60): Willie Scott (9), Wilfredo Ruiz (7), Miguel Darío Buzzo, Jorge Faggiano (4), Sergio Pettorosso (3), fi; Carlos Sánchez (13), Renzo Pasetti (12), Gustavo Fabián Horvath (5), Ricardo Segal (3), Flavio Serra (2), Mario Habib (2), Guillermo López, Roberto Juanpataoro, Fabián Andreu, Norman Habib y Marcelo García. DT: Carlos Danussi. A: Fernando Lacasa.
Resto (62): Marcelo Richotti (4), Marcelo Allende, Raúl López (6), Esteban Pérez (25), Rubén Ariel Scolari (2), fi; Fernando Lliteras (6), Martín Ipucha (6), Mauro Grippo (4), Jorge Zulberti (3), Claudio Grippo (4), Ignacio Barga (2), Juan Carlos Belleggia, y Juan Martín López. DT: Alejandro Navallo. A: Carlos Spaccesi.
Ya en el cierre, mientras Richotti le obsequió su camiseta verde de Pacífico a Pechuga Martinelli y Scott y Fefo fueron los más requeridos para fotografiarse, Ricardo Segal (hoy cantante lírico) en las alturas de la popular le dedicaba un tema especial para los dos extranjeros más recordados y queridos por el mundillo albo.
El DeLorean ya pega la vuelta. Retornamos a la rutina y al presente. No sin antes, alentar y acompañar este tipo de ideas e iniciativas que esperemos que pronto vuelvan a repetirse.
¡Felicitaciones a los que pusieron su granito para que toda salga de 10!
*En nuestra cuenta de Instagram podés revivir en imágenes todo lo acontecido en el Casanova