Las Brossard, son el reflejo puro de lo que significa la hermandad.
Se miran, se entienden, se admiran, hasta pueden diferir en diferentes situaciones, pero nunca desviarán el foco: son hermanas.
Juliana es la mayor, aunque de menor contextura: nació el 12 de diciembre de 1999, mide 1m56, pesa 60kg y está próxima a convertirse en kinesióloga.
Josefina es la menor, pero porta más tamaño: vino al mundo el 2 de octubre de 2002, mide 1m70, pesa 77kg y este año inició la carrera de Medicina en la UNS.
Como todos los hermanos, son parecidas en varias cosas y distintas en otras, aunque ambas aman el deporte.
“En el básquet empecé cuando tenía 7 años, en Sportivo, por una amiga de la escuela que iba al Ciclo. Nos quedaba a la vuelta”, explicó Juli.
“Nuestros papás siempre nos dejaron hacer de todo. Y, como ella había arrancado en básquet, yo la seguía a todos lados. Arranqué más tarde y me quedé para siempre”, reconoció Jose (20 años).
“En Sportivo estuve hasta U15 primer año y después nos fuimos con Vivi (Albizu) a Independiente, donde pasamos como 5 años. Cuando de Independiente se fueron a El Nacional, me vine acá (Estudiantes) siendo U17”, rememoró la mayor de 23 años.
—¿Por qué recalaron en Estudiantes?
—Jose: Porque desde un año antes, acá también jugábamos al handball. Y como teníamos que pagar la cuota social, de esa manera pagábamos una sola (risas)…
—Juli: Llegué a hacer tres deportes a la vez. Iba a vóley en Olimpo, handball acá y básquet en el viola. Por lo menos, me quedaban los tres cerquita (risas)…
—¿Y por qué dejaron el handball?
—Juli: Cuando empecé en la UNS, lo dejé. El handball me encanta y siempre digo que juego mejor al handball que al básquet, pero no me daban los tiempos y siento que en básquet la organización es mucho mejor.
Unión = fuerza
—¿Estaban esperando jugar juntas en Primera?
—Juli: Sí, igual ya desde Independiente que jugamos juntas, en U17.
—Jose: Siempre entrené en Primera, con ellas, desde que era U15, pero no jugaba. Juli siempre completó el equipo. Y me acuerdo que, cuando ella era U17, en Independiente había un “Dream Team”… En el banco estábamos Vicky Pérez y yo. No entrábamos en todo el partido. Eso, de alguna manera, te va formando y te hace valorar lo que tenés ahora: el jugar con mi hermana, siempre la idolatré a ella. Entonces, para mí, estar con ella en la cancha es un logro.
—¿A qué aspiran llegar en el básquet? ¿O juegan por hobbie?
—Juli: Ahora, juego por hobbie. A mí lo que me gustaría y ya le dije a los dirigentes, es jugar y, a la vez, ser kinesióloga de algún equipo. Me quedan siete finales. Así que de acá al año que viene…
—Jose: De chica era muy fantasiosa y quería llegar a la WNBA (risas). Era Diana Taurasi y yo (risas)… Después te vas chocando con la realidad y lo que es el básquet femenino, lo que es la CAB y eso… Llegué a ir a un Plan Altura cuando era U13 y, siempre lo mismo, hay chicas de Capital a las que le dan prioridad. También jugué mucho para Provincia, donde siempre salió campeón Santa Fe en mi camada y solamente dos chicas había en la selección argentina… Es como que esas cosas te van sacando tus sueños, que era aspirar a un profesionalismo, que tampoco es tan profesional… La única que salió de acá es Sol Castro, de Río Colorado, que llegó a jugar en Barracas y ahora está en EE.UU. Es la única al que le han dado un lugar…
El básquet es un hobbie. Pero también es como mi vida y lo que me formó como persona, porque todos los valores que tengo, como la autoexigencia, los obtuve del básquet. Hay muchas cosas del deporte que te quedan para la vida. Después, creo que también nosotros fuimos como la base de este crecimiento del femenino. Porque veo a las chicas de ahora, que juegan todas las semanas…
—Juli: (Interrumpiendo) Nosotras, antes, solo jugábamos en la Femisur. Y recién cuando era U15 empezó a jugarse. Jugábamos cada un mes, más o menos.
Pasado y presente
—¿Sintieron la salida de Georgina Fornetti?
—Juli: Por ella estamos re contentas, yo hubiera hecho lo mismo. Porque si me llaman de otro club… Sentimos su salida…
—Jose: Eran muy distintas las dinámicas de entrenamientos, cuando pasamos de Yoryi a Nico (Becchina). Y no tiene que ver que sea hombre… Lo que influye es el conocimiento, o no, del femenino. Si ya venís en la actividad, no es lo mismo que si sos nuevito… Con Yoryi los entrenamientos eran todos dinámicos y distintos.
—Juli: Ella ya era como nuestra amiga, más que la entrenadora. Cuando arranqué acá, jugaba con ella. Con Yoryi nos mirábamos y nos entendíamos.
—Jose: Lo que choca, es el cambio. Porque con Yoryi jugamos como 5 años, estábamos acostumbradas.
—Fue positiva la llegada de Zaccara, ¿no?
—Juli: Sí. Se preocupa más por nosotras, nos busca los mejores horarios o se interesa para que podamos estar todas en los entrenamientos, por ejemplo.
—Jose: Entiende que todas hacemos cosas y que hay que pelear para tener un mejor básquet femenino.
—Juli: Mario nos escucha. Nosotras jugamos juntas hace años, ya sabemos algunas cosas.
—Jose: Él es sincero con la gente, le quiere dar protagonismo a todas. Es muy motivacional.
-Les faltó poquito para eliminar a Estrella…
—Juli: ¡Ay, sí!
—Jose: Para mí, entramos dormidas…
—Juli: Allá no les pudimos ganar…
—Jose: Los dos primeros que perdimos allá…
—Juli: En el tercero -segundo allá- jugamos muy mal y se lo podríamos haber ganado igual. Yo jugué re mal, no sé qué me pasaba…
—Jose: Yo, en el quinto, tenía que haber jugado abajo y en un momento empecé a salir afuera, detalles que te llevan a perder el partido.
Fuera de la cancha
—En lo cotidiano, ¿notan diferencias con chicas que no están inmersas en el deporte?
—Juli: ¡Sí!
—Jose: Hemos perdido cantidad de cumpleaños o hecho sacrificios…
-Tampoco ayuda el jugar los domingos a las 20…
—Jose: Cuando era U15 jugábamos el domingo, a las 13. Del asado familiar olvídate, todos enojados… Pero, bueno, siempre hubo esas cosas…
—Juli: Con mis amigos no lo noto solo en eso, sino que puedo salir y no tomo, eso no me molesta. Pero en cuanto a la responsabilidad, sí. Porque a veces me dicen: “¡Faltá un día!”… Y no, no puedo faltar (Risas)… Y hasta con mis compañeras de fútbol, que es muy amateur, lo hacemos porque queremos… Pero soy muy responsable y veo que algunas no van a jugar, no sé, porque tienen tos ponele…
—Jose: Yo entro a la cancha de básquet y me olvido de todo lo que pasa. Cuando estás haciendo algo, concéntrate en eso. Eso me pasa en la vida también.
—Juli: A mí me sirve el básquet para organizarme. Iba a una escuela de doble escolaridad y la Uni me sirve para hacer todo: jugar al básquet y llevar la carrera al día.
—Jose: Muchos te dicen “¡cuántas cosas que hacen!, ¿Cómo hacen?” (risas)… Eso veo que falta también en la gente, encontrarse un tiempo para las cosas que le hacen bien a uno. Hay tiempo para todo. Cuantas más cosas haces, más tiempo encontrás.
—¿Se pelean mucho?
—Juli: Ahora no… Pero cuando nos peleamos, nos peleamos…
—Jose: Sí, igual a mí me cuesta porque me olvido de por qué nos habíamos peleado…
—Juli: Antes nos matábamos a palos…
—¡Mirá que es más grandota ella, eh!
—Jose: Sí, pero yo me largaba a llorar y le echaba a culpa a ella, que es mayor.
-Jose: Nuestros viejos siempre vienen a la cancha, nos aman.
-Juli: El otro día, contra Estrella, los informaron los árbitros (risas)…
Tutti frutti
—¿Qué cualidades destaca una de la otra?
—Jose: Juli es muy organizada en la vida, más que yo. Es muy determinante en lo que quiere. Lo que quiera hacer, lo va a conseguir. Y también en el juego, porque si hay una pelota dividida, se va a tirar de cabeza… Eso lo transmite en la vida.
—Juli: Vos sos organizada también… Lo que ella haga, le sale perfecto, nunca deja nada a medias…
—Además del deporte, ¿qué otras cosas hacen bien? ¿Cocinan, por ejemplo?
—Juli: (Risas) No sabemos ni hervir un huevo…
—Jose: Sé lavar.
—Juli: Teníamos un emprendimiento juntas, de stickers. Yo lo sigo teniendo, pero ella se separó…
—Jose: Como nos peleábamos, la plata no la necesito y muchas cosas no hacía, reconozco, se lo dejé a ella.
—Juli: También hago algunas cosas en macramé, como pulseritas y esas cosas… No lo tengo muy activo, pero mis amigos o familiares que saben, me piden y se los hago. Después, te digo que “Jose” es muy buena para los idiomas, yo soy un queso…
—Jose: Terminé inglés e iba a francés, pero arranqué Medicina y son un caos los horarios. Me gusta mucho aprender cosas y los idiomas me encantan. En los deportes, hacia natación, escucho mucha música… La cultura general me encanta, el teatro, el cine…
—Juli: Yo odio leer y a ella le encanta…
—¿Son del mismo equipo de fútbol?
—Juli: ¡Obvio!
—Jose: Sí, papá de chiquitas nos dijo que si no éramos de Boca, no comíamos (risas)…
—¿Saben conducir autos?
—Juli: Tengo el carnet, pero no manejo… Si lo tengo que hacer, lo hago, pero en casa hay un auto solo y no se puede… Nos manejamos en cole.
—¿Cómo es que también jugás al fútbol?
—Juli: Es en la liga universitaria, estoy con la zurda (Martina Caputo) también ahí. Con mi equipo vamos directo a jugar, ni entrenamos… Por ahí, hacemos algunos amistosos…
—¿Y de qué jugas?
—Soy la arquera.
—¿¡La arquera!?
—Sí, pero en realidad jugaba de volante. Hasta que un día nos peleamos con un equipo rival y a mi arquera la echaron por un año. Ahí me pusieron de arquera a mí, porque la otra no quiso volver más…
—Jose: Y salió la mejor arquera de la liga universitaria el año pasado.
—Juli: ¡Sí!, el fútbol me dio más en un año que el básquet (risas)… Fui mejor arquera, salí campeón…
—¿Qué sueños persiguen?
—Juli: Me quiero ir a vivir a España, jugar en algún club y ser kinesióloga. Jugar amateur, no sé, algo medio pelo, no digo profesionalmente… Sino irme al sur o quedarme acá, pero “romperla” como kinesióloga, ser reconocida…
—Jose: Quiero ser médica. Todavía no se la especialidad, pero me gusta mucho embriología genética, porque la fertilidad asistida me gusta mucho y también oftalmología y cirugía plástica. Siempre me eduqué en escuelas públicas y siento que tengo que devolverle al país todo lo que invirtió en mí. También veo que en el sistema de salud hay mucha desconfianza de la gente para con los médicos y quiero ser una buena persona siendo médica.
—¿En qué parte de la carrera estás?
—Jose: Recién empiezo. Hice dos años de enfermería y entré en Medicina, en la UNS. Ingresan solo 64 personas. Tenes que hacer un año previo de cualquier carrera y, después, rendís un examen de comprensión de texto para medicina que es bastante difícil. Recién ahí, rendís para entrar a Medicina. Ese examen consiste en desarrollar 20 casos y eso es por puntaje. Eligen a los 64 mejores y este año rindieron unas 500 personas. Esta vez, entraron 66 porque algunos empataron… A mí me gusta mucho lo que estudio, la carrera la hacen muy dinámica, nos juntamos a estudiar…
—¿Piensan en ser entrenadoras?
—Jose: Me gustaría, sé bastantes cosas.
—Juli: No sé qué quiero hacer, porque en residencia para kinesiología hay un cupo solo en Bahía… Podría irme a Mar del Plata, que me encantó y soy fan de Peñarol, que llegó a jugar Liga Nacional.