Hiebaum: “Tenemos un club ordenado”

“Hoy Estudiantes volvió a ponerse de pie y ya está trotando”, aseguró su presidente.
Publicado el 20 abril, 2023

Oficialmente, Federico Hiebaum es el presidente de Estudiantes desde enero. Aunque su tuteo con la dirigencia no data de mucho tiempo atrás.

Y, casi sin querer, se encontró ejerciendo la presidencia de la institución.

“Un mes antes de la pandemia quedé como presidente, en reemplazo por licencia de Alejandro Armendariz. Yo era su vice”, acotó.

“Veníamos ayudando y trabajando con un grupo de papás, de abajo, en la subcomisión que nombramos ‘Copabame’ (comisión de padres del básquet menor). Hacíamos los encuentros de minibásquet y se armó un equipo de trabajo heterogéneo y simpático”, fue la carta de presentación de Fede.

Soy del albo

El vínculo de los Hiebaum con el club inició hace décadas.

Los hijos de Federico (Santiago y Lucía), conforman la cuarta generación familiar ligada al albo.

“Mi abuelo (Guillermo) tuvo la cantina. ¡Dicen que se comía bien! (risas). Fue a inicios de los ’70. Me acuerdo que yo venía y le sacaba los maníes (risas). Mi abuelo era el alemán que en una época también tuvo a cargo el restaurante Gambrinus. Es más, en la casa de arriba nació y vivió mi viejo. La primera palabra que aprendió mi papá (Buby) fue ‘diario’, porque constantemente escuchaba gritar al canillita de afuera (risas). Después, el comercio se lo quedó la familia Ortega”, informó el titular.

El primer lazo de los Hiebaum con el club fue a través de su padre.

“Vivíamos a dos cuadras. Y, en esa época, eras de Estudiantes o de Olimpo. O de los dos, por el fútbol. Había una rivalidad fuerte y el que perdía el clásico, al otro día no salía de la casa (risas). Todos en el barrio éramos recontra amigos, pero éramos de uno u otro club…”, recordó el odontólogo.

“Mi tío (también Guillermo) jugó en las menores con Beto Cabrera. En realidad, nos contaba que Beto jugaba con otros once, porque si él estaba, ganaban y sino, perdían (risas). Mi viejo en el club hizo básquet, waterpolo y natación, donde tuvo el récord bahiense en mariposa. Es mi segunda casa”, reconoció Federico, quien también llegó a coquetear con la albiazul, aunque sin gran suceso…

“Estuve en la escuelita con el Huevo Sánchez y el Colo Navallo de ayudante. Hasta que, un día, le dijeron a mi viejo: ‘Fede no va para el básquet” (risas). Me pasé al rugby, pero no es el deporte que me gusta… Aunque nunca dejé de venir al club, iba a la pileta y a todos los partidos de la Liga, estuve cuando descendimos, tengo una camiseta guardada… Hay recuerdos de todo. Soy de esos espectadores que nadie ve, pero siempre está. Nunca me hice notar, pero siempre estuve cerca del club”, reconoció con orgullo.

Gestión Hiebaum

Perspicaz. Apasionado. Tenaz. Reservado. Locuaz. Esos pueden ser algunos de los adjetivos para describir al actual jefe estudiantil, el mismo que jamás se visualizó en el cargo que actualmente ocupa.

“Ni loco me imaginaba como presidente. En ningún aspecto de mi vida me gusta el perfil alto. Si me invitan a una reunión, me quedo por allá atrás… No seguí la docencia, más allá de enseñarle a dos o tres personas. Esto de la presidencia se dio naturalmente. Cuando Santiago (20 años) pidió jugar, no lo quise traer acá para no meterle presión. Lo llevé un año a Independiente, que me queda a media cuadra. Y las vueltas de la vida hizo que los amigos de él estuvieran en Estudiantes, así que se vino para acá”, aclaró Fede.

En ese momento, sin darse cuenta, se estaba gestando el nuevo comando.

“Con Gonzalo (Martínez) y Jorge (Del Molino) nos conocimos siendo padre de los chicos que jugaban en escuelita. Y, un día, nos llamó Flicu (Carlos Sánchez) para organizar la fiesta de fin de año. Se armó un grupo y así arrancamos, hasta armamos la tribunita de la cancha 3 porque no había donde sentarse…”, rememoró quien comparte su vida junto a Lorena Alberio hace 25 años.

“Trabajábamos sin problemas, aunque la comisión tenía deudas viejas y nosotros, de a poco, comenzábamos la vida dirigencial del club. Un día Luis (Amore) nos invitó a presenciar las reuniones como oyentes. Y, al siguiente, ya nos metimos. Realmente me gusta el servicio, hacer cosas que sirvan, un proceso que crezca… Me hizo cambiar la cabeza y, más, con gente piola que le gusta hacer cosas desinteresadamente”, declaró Hiebaum.

Volver al pasado

Nostalgia provoca retrotraerse a la memoria emotiva de lo que resultó ser parte, histórica, de la faz deportiva de Estudiantes en la Liga Nacional. Aunque, la contracara, resultaron los sinsabores, penurias y desaguisados económicos que las dirigencias de turno debieron afrontar para sacar a flote al club.

“Cuando me fui a estudiar afuera, la Liga empezaba a generar problemas. Muchos expresidentes la pasaron mal y la época del gerenciamiento tiene el 90 % de la culpa, con el mal manejo de dinero”, confesó Fede.

“Antes no hubo mala intención, sino desorganización. ¿Y qué pasó? Generó una deuda que no se pudo controlar, la Liga era un mal necesario y la bola se hacía más grande. Y pasó lo que pasó: se vendió la plaza. Y la pileta, si no se vendía, quién sabe en dónde estaría el club en estos momentos… A todos nos dolió cederla pero, si no se vendía, se venían tiempos mucho más difíciles”, reconoció crudamente.

Afortunadamente, hoy Estudiantes volvió a ponerse de pie y ya está trotando, para pronto volver a correr con todo su impulso hacia un paisaje más despejado.

“En la actualidad, al club lo veo en una etapa de crecimiento. Cuando lo recibimos de Ale (Armendariz) teníamos ganas de empujar, pero entramos en pandemia… Igual se empezó a laburar con mucha gente del club que ni conocía, para pagar sueldos. Gracias al apoyo de todos los que forman parte del día a día, pusimos sobrellevarlo… No podíamos tener cerrado, sin hacer nada. Así que con (Guillermo) Osinaga y Del Molino nos veníamos a arreglar la cancha 2 y a tirar las paredes, un rato a la mañana y la tarde”, rememoró Hiebaum.

Se había tocado fondo. Solo restaba subir.

“Gracias a la ayuda de todos y del aporte del gobierno, entramos en moratoria de todas las deudas. Con el paso de los años logramos una estabilidad y, más allá de las deudas ocasionales por gestión, saneamos al club. Lo ordenamos y se pagó casi todo. Con el laburo del contador Gustavo D’Amico y Jorge, lo ordenamos económica y jurídicamente. Teníamos un retraso de la personería y se recuperaron cuentas de banco. Es decir, en este sentido, estamos en regla. Es un club ordenado, con los empleados en blanco y que no genera deuda”, declaró Fede con evidente felicidad.

Club inclusivo

En su momento, la aparición de Bahía Basket generó controversias, especialmente en aquellos con raíces muy arraigadas en la institución. No obstante, terminó siendo un paliativo con final feliz.

“Lo de Pepe Sánchez nos ayudó con la transición post Liga Nacional. Con la venta de la plaza se canceló parte de la deuda y no se generó más. El club no tenía mucho movimiento. Se fue mejorando. Lo presentado en la Asamblea de 2019, a hoy, dice que se incrementó en un 130 % la cantidad de socios”, aseguró orgulloso Hiebaum.

“Hoy, a un club de barrio con gran infraestructura, ¿cómo lo manejas? Como a una empresa. ¿Y cómo lo haces? Con muchos ingresos y actividades. Estudiantes es un club de básquet por excelencia, pero debe tener otras actividades que lo apuntalen y acompañen. Y se logró potenciarlas, que cada una tenga su representante de la comisión, su referente dirigencial. Es un club de básquet donde todos tienen su lugar”, notificó.

Soñar, no cuesta nada

Todo el mundillo estudiantil fantasea con retornar a los primeros planos basquetbolísticos. Pero, claro, habiendo capeado la gran tormenta, ya conoce de memoria qué pasos dar y cuándo. Por ahora, no aparece resaltado en fluorescente la posibilidad. Pero… ¿se dará algún día?

“Ojalá que sí. Se va a dar, pero no creo que conmigo en la presidencia. ¿Por qué? Porque mi mirada personal es que necesitás un equipo, los recursos y la infraestructura. Hoy estamos equilibrados, pero no es la prioridad porque no tengo la infraestructura, como el piso, o el dinero. Dejaré la infraestructura lista y todo ordenado económicamente. Para el equipo, gracias a Dios, tenemos a un DT de lujo (Ariel Ugolini) y van apareciendo chicos de abajo. Soy de la idea de llegar a competir por medio de un proceso. Y nuestra Primera es casi toda de chicos del club. Nos han sacado jugadores que, después, han vuelto, porque se sienten parte de acá y ven las chances. Capaz que el año que viene se pueda jugar en algún nivel, la idea es crecer y el que venga después de mí, lo pueda tener más cerca”, advirtió Federico.

“Estamos con muchos proyectos, eventos… Hay muchas cosas, apuntamos para arriba y veo, también, que podemos llegar a presentar antes un equipo de femenino que masculino. Apuntamos a crecer. Que el club tenga la función social, sea su segunda casa, con un gimnasio flamante para los papás, actividades para todas las edades, como los de la tercera edad a la mañana, hay un quincho para alquilar y los espectáculos se sigan haciendo acá. El club Estudiantes es de barrio, pero el estadio es de la ciudad, tiene muchos años, sigue subsistiendo y lo pueden usar todos”, formuló el titular estudiantil.

Las obras quedan

¿Cómo le gustaría a Hiebaum ser recordado, al finalizar su gestión? Aquí la respuesta:

“Por la infraestructura. El club está ordenado para que las próximas generaciones puedan seguir una línea de manejo, con ciertas pautas, y no meterse en deudas que no van a poder cumplir. Quiero dejar una infraestructura importante. La cancha 2 era un anhelo y se realizó en 20 días de enero, con mucho apoyo de la gente de los ‘3 Chiflados’, sino no lo hubiéramos podido hacer”, aseveró.

“Nos queda acomodar el techo para producir menor temperatura, colocar aros, vidrios, dos tableros electrónicos… Será una cancha oficial de vóley y de básquet (para partidos de mini) y un par de transversales que también pueden utilizar patín, handball o futbol sala”, añadió Federico, quien no se conforma y ya está supervisando más reformas.

“Estamos tirando paredes, habrá cambios de baños con vista directa hacia la cancha 3 y una pared vidriada para ver gimnasia. Será el sector social… Aparte, hay eventos grandes que nos piden ciertas cuestiones pero, como ahora hay actividad, habría que hacerlo en las vacaciones”, manifestó.

¿Y la cancha 3?

El proyecto para la cancha 3 también se pondrá en ejecución durante este 2023. Aunque la dirigencia no estará sola…

“Los 3 Chiflados están marcando la cancha y acomodando el piso. Se hizo el cambio de luces led y se reforzarán con otras más, laterales, de mayor potencia. Con lo cual, tendríamos las otras dos canchas en buenas condiciones. Además, ya empezamos a delinear la nueva zona de acceso al club, pero que no se observarán los cambios hasta fin de año. La idea es evitar que se pise el Casanova, ya que hoy en día pasan por ahí cerca de 600 personas. Ese piso hay que hacerlo a nuevo también. Va sintiendo el paso del tiempo. Y no hay posibilidad de arreglo”, pergeñó el presidente, quien continuó entusiasmado con su relato.

“La idea es que la gente pase por el nuevo túnel. Allí estará la secretaría, un museo, consultorio médico, la nutricionista, psicólogo, pondremos apoyo escolar y nuestro store. Para más adelante, nos quedará abrir un patiecito y habrá un par de sorpresitas más que espero que se den”, finalizó el apasionado Hiebaum.

Levántate y anda, Estudiantes.

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